Historia de una vida

 

HISTORIA DE UNA VIDA


    La mujer de la que hoy os voy a hablar se llama María Victoria Salvador, Marivi para los amigos, nació en el año 1959  en el seno de una familia que no creía en que hombre y mujer debieran de tener los mismos derechos y obligaciones, ella fue una adelantada a su tiempo. Desde joven decidió que quería vivir con libertad, la misma de la que disfrutaban sus amistades masculinas, su hermano e incluso su pareja, por eso peleó por sus sueños. Su vida fue una lucha constante por ganar lo que hoy en día para muchas es una realidad, desde joven tuvo que lidiar con las opiniones en contra de su familia y de la sociedad y aún así se enfrento a ellos y consiguió estudiar una carrera y trabajar fuera de casa, dicho así igual no parece gran cosa, pero en esos años y con el entorno nada igualitario en el que creció fue un autentico triunfo que no estuvo ausente de múltiples batallas, peleando con los demás para que respetasen sus deseos.

Más tarde, cuando se casó, y comprobó que su marido aún siendo un hombre moderno para la época, no consideraba adecuado compartir todas las tareas domesticas (le avergonzaba tender la ropa y que los vecinos pudieran verle ...), aún cuando ambos trabajaban fuera de casa, ella se puso firme y no paró hasta hacérselo entender y que lo  interiorizara, convirtiéndole en un aliado, un hombre que junto a su esposa luchaba por conseguir la igualdad, a partir de entonces fueron ellos contra el mundo. Tuvieron dos hijos, una niña y un niño, y como no podía ser de otra manera les educaron como iguales en todos los ámbitos de la vida: colaborar en las tareas domesticas, hora de volver a casa, restricciones... Recibieron exactamente la misma educación y muchas veces tuvieron que escuchar de aquellos que no pensaban igual multitud de opiniones contrarias a las suyas.

La historia de la que os acabo de hacer participes es la historia de mi madre, una mujer excepcional y no puedo estar más que agradecida de haberla tenido de ejemplo. No suelo ser muy partidaria de contar mi vida, soy bastante poco amiga de exponerme en exceso, tampoco hago mucho uso de las redes sociales, siempre me gustó más el cara a cara, pero al ver el reto de hoy, no podía dejar de pensar en ella, en lo valiente que fue y lo orgullosa que estoy, y quien mejor que su propia hija para contaros su historia.

Al final todo movimiento necesita caras visibles que luchen por el y lo trasladen al pueblo para que sea conocedor del mismo y poco a poco se pueda sumar más gente a su causa, pero sobre todo precisan de personas que crean en el y luchen por sus ideas contribuyendo a ellas día a día, sin grandes alardes, sin prisa pero sin pausa. Siempre he pensado que el camino para la igualdad real y efectiva está en la educación, la de los centros y la del hogar, sin ella por mucho que hagamos no conseguiremos llegar a la meta. 

Las vivencias de nuestra infancia se nos quedan grabadas a fuego, para bien o para mal, y de ellas depende en muchos casos el tipo de ser humano en el que nos convertiremos, gracias a la vida que me ha dado tanto.

Va por ti mama y por las que como tú abrieron el camino!!


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